Estamos inmersos en una época de grandes cambios necesarios si queremos perdurar como especie.
Aunque no se trata de una novedad que el nuestra sistema no es sostenible puesto que ya lo denunciaba la ONU en su Declaración de Río en el año 1992, si parece que la crisis económica está sirviendo de catalizador para un cambio social más contundente hacia una exigencia medioambiental mayor.
La comunicación sostenible se consolidará en dicho cambio, y sin duda acabará generalizándose.
Las nuevas generaciones demandan este tipo de comunicación y encumbrarán su expansión con ayuda de las nuevas tecnologías.
Los eventos culturales son un soporte perfecto en los que la comunicación sostenible puede desarrollar todo su potencial. Los agentes involucrados en el desarrollo sostenible pueden encontrar en ellos un gran soporte para desarrollar su labor de un modo más eficaz y eficiente.
Sin embargo, la comunicación sostenible tendrá que resolver ciertos paradigmas a los que se enfrenta. El mayor de todos el que se plantea con relación a los grandes intereses comerciales y a su publicidad, puesto que sostenibilidad e incremento del consumo no van precisamente de la mano.
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